Nada mejor que recordar los momentos míticos vividos durante estos dos largos años que he estado sin publicar nada en el blog. En mi caso, escribir significa que algo va mal, que no estoy a gusto conmigo (otra vez) y que voy a estar jodido. Pero bueno, de todas formas, reconocerlo siempre es el primer paso para estar mejor. Además, dos años de salud mental indiscutible no está nada mal.
Julio de 2005. Fiesta de verano en mi recién estrenado trabajo. Era un viernes. Terminamos en la playa viendo amanecer, me fui a mi casa, dormí un poco y a las 4 de la tarde estaba en la estación de tren para irme al Torico de Teruel con Iñaki, Layo, Rafa. Marta y Lucía llegaron a las 3 porque venían en coche. Aguantamos hasta las 7. Vuelta a Valencia. Mítica potada de Rafa en el puente de una carretera, menos mal que Marta frenó a tiempo, sino salimos todos de allí un tanto manchados. Nada más llegar, y sin dormir, empalmé con Elena, David Palacios, Ricar, Mª José y mucha más gente para un día de piscina nada más y nada menos que en Utiel. Incluso llegué a conducir, tanto desde Teruel a Valencia, como de Valencia a Utiel. Además de que los de mi trabajo, lo primero que cuentan de mí cuando viene alguien nuevo es lo de la fiesta del viernes (algunos dicen que me llegué a quedar tirado en el césped hasta que encendieron los aspersores, todo leyendas urbanas), porque ahí no me conocía nadie, lo que me sorprende es como pude aguantar tres días seguidos durmiendo sólo 5 horas y riéndome tanto.
Nochevieja 2006-2007. Esta noche es mítica no solo por mí, sino por la cantidad de personajes e historias que pasaron en ella. Germán tocando la cara de un segurata y yo intentando que este último no pasara a mayores. Germán estampando el coche y suplicándole a la policía que no le multara. Terry, Álex y compañía intentando convencer a otro segurata de que dejara entrar a Saúl diciendo que no iba tan ciego, y cuando casi lo convencen Saúl va y se cae al suelo. Lo que muchos no saben es que yo no me fui a casa después de que acabara todo. Pillé el coche y me hice 74 km para ir a Sot de Chera a ver a Elena. Al día siguiente me preguntaron si no había tenido problemas por las obras de la carretera, a lo que respondí: ¿Qué obras? No estoy orgulloso de conducir en ese estado, pero es lo que pasó.
Verano de 2007. Nada más pillarme el mes de vacaciones, lo primero que hago es subirme al coche de Fer con Ricar y Davis, y juntarnos en Barcelona con Terry, Álex y Xavi. Dos días de conciertos en el Summer Case. Ellos bajan a Valencia, y yo me quedo en Bcn esperando a Elena para irme de acampada a Andorra. Desde Andorra, y gracias a las llamadas de Xavi, me entero que venden un abono de 4 días para el FIB tirado de precio. Total, que me hago con el tío, y acordamos que el jueves bajo a Valencia y se lo pillo. Llega el jueves y el chaval me llama preguntando que a qué hora quedamos. Yo, que ya estaba con la noción del tiempo trastocá, creía que era miércoles, e intento convencerlo de que así era. El tío flipando me insiste y me dice que no, que ese día era jueves. Al final me hago con un calendario y me doy cuenta de que en efecto, es jueves, y que a esa hora ya debería estar en la carretera, más o menos en Barcelona, y en vez de eso estoy en una piscina de Andorra con una tienda que desmontar. Al final, con prisas, salimos para Valencia, y llegamos a las 12. Le compro el abono, me doy una ducha rápida, y para Benicássim que me voy. El jueves solo estaba Terry, vimos a Planetas (míticos también) y pasamos toda la noche de parranda. Al día siguiente llegan Xavi, Pedreta, y como visita mítica, Ricar, que también lo decidió en el último momento. Tres días más de conciertos, insolaciones, baños en la playa, llegada de Álex, Saúl, Eduard, Patri, situaciones absurdas, y cambio de dormir en una tienda donde el calor era asfixiante, a un chaletazo de un primo de Terry que nos encontramos en Benicássim la última noche. Todo eso, sin contar que Gabal trabajaba en la barra y nos pasaba cervezas. jajaja, que bueno, lo único que nos pedía es que no le pidiéramos cubatas, y yo, a a partir de las 3 lo primero que hacía era pedirle 5 cada ronda.
Jueves míticos. Durante hace ya casi dos años, salir los jueves con los del ITQ ha sido uno de los rituales más esperados. Los primeros eran buenísimos, Inma tenía hierba para dar y vender (de hecho, vender vendía mucha) y después de fumarnos unos cuantos canutillos, nos tirábamos hasta las 2 riéndonos a carcajadas. Después nos aficionamos por ir al bar de Iván, un personaje mítico que dice que tocaba en los Inhumanos (creo que se llamaba así ese grupo de los 80 que eran 40 y la madre). Los habituales éramos Irene, Joan, Jonhy, Onofre y yo. Hubo ocasiones en las que a las 12, bajaba la persiana y decía: ale, poneros los cubatas que queráis. Y de las noches más míticas de los jueves, hay que destacar 2. La primera, la que me quedé con Isabel hasta las 5.30, en antros de la calaña del Le Club y después al Benavente, donde solo fuimos porque los cubatas eran más baratos. La pobre, después se cayó de la moto cuando iba a casa. Y la segunda, la que me quedé con Noemí hasta las 6.30. Aquí sí que lo pasé realmente mal el viernes en el trabajo. Pero el morbo de salir los jueves es precisamente ese, que es cuando más ganas tienes de salir y que en teoría no debes, y además, nunca sabes como va a acabar la cosa.
Findes con Love Team. Aunque últimamente estamos mucho más tranquilos, han sido muchos los viernes y sábados que con Terry, Davis, Xavi, Álex, Fran, y a veces, Fer, he pasado. Y casi todos con más gloria que pena. Hemos estado una temporada saliendo solo Terry y yo, pero la verdad esque no puedo decir que me haya aburrido. Siempre hay situaciones que no te esperas que vayan a pasar y pasan, con Terry pasan, gracias a ese morro que le echa y que bajo mi punto de vista, es una virtud más que un defecto. Sino, como hubiéramos acabado bebiendo tantas y tantas veces con desconocid@s en la calle. O como hubiera conocido a Lourdes, la gran camarera del Flow, o cómo hubiera dormido en casa de Jana sin apenas conocerla después de montar una fiesta totalmente inesperada, o, pensando en más atrás, cómo hubiera conocido a Julia y después a Sonia. Puede que ahora ya no "coincidamos" tanto, pero hay que reconocer que con ellas también ha habido momentos míticos.
Bueno, y por mítico, quiero decir, momentos que no he podido controlar, que simplemente he hecho lo que en ese momento me apetecía y quería hacer. Esa es para mí la definición de mítico, igual que estos dos últimos años. En ellos he conocido a mucha gente, y la mayoría estupenda. Un abrazo a todos. Y por gente estupenda, ahora mismo estoy pensando en Málaga. Marta, que te vinieras a Valencia sería lo más mítico que me podría pasar ahora mismo.